Clari Arcusín (30 años) es anestesióloga desde hace dos años. Trabaja en el Hospital Materno Infantil San Roque y además en el ámbito privado de la ciudad de Paraná. “Lo más gratificante de este trabajo es cuando el resultado de mi aporte anestésico a la cirugía hace que el paciente pase esa situación estresante –y todo lo que implica entrar a un quirófano– de la mejor manera posible”, asegura.
¿Por qué elegiste la anestesiología como especialidad?
Elegí especializarme en anestesiología porque en el transcurso de mi formación en medicina me di cuenta que me atraían las especialidades quirúrgicas pero no tanto el seguimiento crónico del paciente, y entonces decidí formarme en esta disciplina específica.
¿Cuáles son los aspectos más y menos gratificantes del trabajo del anestesiólogo?
Lo más gratificante sucede cuando el resultado de mi aporte anestésico a la cirugía hace que el paciente pase esa situación estresante –y todo lo que implica entrar a un quirófano– de la mejor manera posible. Cuando el paciente se despierta sin dolor, contento, te agradece el trato, sentís que todo el esfuerzo valió la pena. O cuando, por más que los resultados quirúrgicos no sean los esperados o el paciente no esté en las mejores condiciones, ves que tus esfuerzos por mantenerlo y sacarlo de la situación crítica tienen resultados.
Por el contrario, es un mal momento cuando te tocan pacientes (sobre todo pediátricos) en situaciones críticas, de vulnerabilidad, y que aunque hagas el mayor de los esfuerzos, el resultado es negativo. Entonces salís de tu jornada con la sensación de que algo faltó y te quedás con esa sensación estresante por mucho tiempo: sin duda, la transferencia con los pacientes es inevitable aún en nuestra especialidad.
Desde tu trayectoria, ¿cuáles considerás que han sido los principales avances de la anestesiología como disciplina en estos últimos tiempos?
Los principales avances han sido de equipamiento médico y de índole científica, con el objetivo de brindarle al paciente las mejores condiciones de calidad y que nosotros trabajemos más cómodos y seguros. Pero también creo que ha ido cambiando la situación del anestesiólogo como profesional de la salud: ya no es un mero participante ni un “duerme pacientes”, sino que tiene un rol clave durante el momento perioperatorio, en el manejo del dolor, en la prevención de complicaciones y en la reducción del nivel de estrés del paciente y su familia (como sucede en la visita preanéstesica).
¿Qué le aconsejarías a un estudiante de medicina que tiene intenciones de elegir esta especialidad?
Le recomendaría la especialidad a cualquier estudiante de medicina que la tenga en mente, pero advirtiéndole que es una especialidad crítica. Que necesita de nuestra capacidad mental al 100% la mayor parte del día y que, como toda especialidad quirúrgica, no tiene horarios. Que a veces hay que resignar otras cosas para salir a trabajar, pero que… ¡vale la pena!
Fuera de la anestesiología, ¿qué preferís hacer en tu tiempo libre, cuando no estás trabajando?
Cuando no estoy trabajando prefiero descansar y dedicarme a la lectura, a actividades recreativas y a disfrutar de mi vida sentimental y social.