Se considera muerte súbita al deceso natural, inesperado, dentro de un período menor o igual a una hora de comenzados los síntomas, en una persona con o sin una condición patológica cardíaca previa y de la que no se espera un desenlace fatal. Si no se actúa a tiempo, el desenlace puede ser fatal.
Evitar esta situación está en tus manos. Como anestesiólogos, estamos comprometidos con esta causa y recordamos a nuestros seguidores que capacitarse en técnicas de RCP lleva sólo un día.
Saber RCP representa, en muchos casos, la diferencia entre la vida y la muerte. Ante un paro cardiorrespiratorio, reaccioná. Podés salvar una vida.