El bloqueo nervioso representa una herramienta esencial en la práctica anestésica, creada para mejorar la experiencia del paciente y facilitar intervenciones quirúrgicas de diversa índole. Consiste en la inyección de un fármaco anestésico alrededor de un nervio específico o un grupo de nervios que son responsables de la sensación en una determinada área del cuerpo.
Al bloquear la transmisión de señales nerviosas en la región afectada, se logra un alivio significativo del dolor, lo que posibilita mayor confort durante el procedimiento quirúrgico y en muchos casos un alta nosocomial precoz.
Dependiendo del tipo de anestésico utilizado y la técnica específica aplicable, el fármaco puede actuar de forma temporal hasta varios días.