Las cirugías mayores se distinguen por su complejidad, duración y los cuidados que requieren. Involucran órganos vitales, demandan anestesia general y un tiempo de recuperación más prolongado.
Ejemplos de cirugía mayor incluyen operaciones cardíacas, neurológicas o abdominales extensas. A diferencia de una cirugía menor —como la extracción de un lunar o una biopsia ambulatoria—, conllevan mayores riesgos y requieren más preparación.
En estos procedimientos, el rol del equipo quirúrgico y anestésico es clave para cuidar cada detalle. Nuestro trabajo es garantizar que el proceso sea lo más seguro posible para cada paciente.